Los sitios de Sagunto y Numancia son las dos primeras gestas de nuestra Historia y ejemplos de sacarificio y heroísmo de la Historia Universal. Son venideros.
A mediados del siglo III AC, la península ibérica era el escenario de disputa de los dos grandes imperios del momento: Cartago y Roma.
En el 218 AC Sagunto era plaza aliada de Roma quien estaba empezando a invadir territorios cartagineses. Por su parte Cartago invade el litoral mediterráneo de Iberia y se fija en la ciudad de Roma. Aníbal Barca sitia durante ocho meses a los saguntinos quienes antes de rendirse encienden una gigantesca hoguera a la que se arrojan antes de entregar la plaza. Es el comienzo de la Segunda Guerra Púnica. Desde Sagunto Aníbal inicia el camino que le llevará a atravesar y arrasar la otra península, la península Itálica.
¡Qué horrible angustia!
Pero habéis sabido hacerlo
Sagunto debe ser brava
¡Al fin, muerte, te contemplo!
Roma acaba de ganar la III Guerra Púnica y domina ya toda Iberia. Es el año 143 AC y las águilas imperiales se encuentran la oposición de los Segedanos. Roma arrasa la ciudad de Segeda y este pueblo se refugia en la ciudad de Numancia que se convierte en objetivo de Roma. Quinto Pompeyo, Claudio Marcelo, Mancino, Lépido. Todos fracasan durante años. El Imperio recurre a uno de sus más prestigiosos hombres: Publio Cornelio Escipión. Este sitia Numancia y se dedica a cortar todos los abastecimientos. Diez años después de comenzar el sitio de Numancia, sus resistentes incendian la ciudad y se suicidan en masa antes que rendirse a Roma.
Tenemos que recordar la aventura del caudillo celta Retógenes quien se ofrece para intentar traspasar en solitario las líneas romanas con el objeto de alcanzar ciudades amigas para que vayan en auxilio de Numancia. Logra salir y llegar a las ciudades de Uxama y Termancia, quienes niegan la ayuda. Finalmente es capturado y muerto
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