Conde de Barcelona (878-897), uno de los más caracterizados de la Marca Hispánica que Carlomagno había arrebatado a los musulmanes y a quien los condes prometían vasallaje. Carlomagno y su hijo Ludovico Pío, rey de Aquitania, dividieron los territorios conquistados en condados (Rosellón, Gerona, Ampurias, Besalú, Ausona, Urgel, Cerdaña, Barcelona y Pallars), al frente de los cuales pusieron a comes (condes), cargo no vitalicio ni hereditario.
De origen visigodo, se dispone de escasa información sobre su vida. Se sabe no obstante que fue hijo del conde Sunifredo de Urgel y que fue nombrado titular de dicho condado en sustitución del conde Salomón. Tras la rebelión de Bernardo de Gotia y su hijo Guillermo, aliados con los musulmanes, contra el rey franco Luis el Tartamudo, Wifredo fue nombrado conde de Barcelona, Gerona y Ausona.
La extensión de sus dominios, la presencia en ellos de Barcelona, única ciudad importante de la región, así como su energía hicieron de Wifredo un notable gobernante de sus condados. Hizo varias conquistas de gran importancia estratégica, como Montserrat, construyó y fortificó castillos para organizar la defensa del territorio, repobló varias comarcas, como Cardona y Ausona con hispani regresados del otro lado de los Pirineos, que décadas atrás habían huido hacia la Septimania franca de la invasión musulmana y siguieron considerándose como hispani. También fundó varias iglesias y monasterios, como el de San Juan de las Abadesas, y el de Santa María de Ripoll, el futuro panteón condal.
Los historiadores románticos y, sobre todo, los inspirados por el nacionalismo, han fabulado desde el siglo XIX hasta nuestros días para conseguir dotar de pedigrí a su proyecto político. De este modo se ha hecho de aquel lejano conde el padre de Cataluña y artífice de su independencia Jorge Pujol ha hablado de él en numerosas ocasiones como el «fundador de la nación catalana». Pero Wifredo ni siquiera gobernó nada denominado Cataluña, cuyo nombre se remonta a trescientos años después, ni fue independiente, pues el mando lo ejerció en nombre del rey franco, del cual fue vasallo. No obstante, la disolución del reino carolingio fue permitiendo, sobre todo tras la capitular de Quierzy de 877, la heredabilidad de algunos de sus dominios, lo que daría origen al feudalismo. Wifredo fue el primer conde hereditario de Barcelona y, por lo tanto, el fundador de la dinastía condal barcelonesa.
Fue muerto hacia 897 por el caudillo moro Lop ben Mohamed, señor de Lérida, tras lo que fue enterrado en el monasterio de Ripoll. Dividió sus posesiones entre sus hijos, Rodulfo, Borrell, Suniario, Mirón y Sunifredo.
Uno de los episodios más repetidos de la vida de Wifredo el Velloso es, paradójicamente, uno que nunca tuvo lugar: el relativo al nacimiento de la bandera cuatribarrada. Se trata de la hermosa leyenda sobre las barras de sangre dibujadas por el rey franco Carlos el Calvo en el escudo de Wifredo como premio por su muerte en lucha contra los normandos, durante los bélicos tiempos -que acabarían con la desmembración de la Cataluña norpirenaica- en los que la Marca Hispánica de tiempos carolingios era utilizada por los franceses para justificar la anexión de Cataluña a Francia.
Pero ni consta la participación de Wifredo en la lucha contra los normandos en 873, cuando ni siquiera sería conde de Barcelona, ni Carlos el Calvo fue contemporáneo de Wifredo. Además, en el siglo IX no existían las banderas ni los escudos heráldicos, introducidos en Europa por los cruzados en el siglo XII. Por último, el primer rey aragonés del que se conoce la utilización de las cuatro barras, como seña de Aragón, es Alfonso II (1162-1196).
No hay comentarios:
Publicar un comentario