
Abandona Toledo y se dirige hacia el norte con otros guerreros, nobles y con su hermana Adosinda. Finalmente se asentan en Asturias.
En Asturias los musulmanes ha dejado a Munuza como gobernador, con el control político, militar y fiscal de la región. Munuza se enamora de Adosinda e intenta apoderarse de la joven para integrarla en su haren. Don Pelayo se rebela pero pocos secundan su rebelión que es aplastada por los árabes. Don Pelayo es capturado y enviado a Córdoba como rehén de nuevos impuestos y para alejarlo de Adosinda. Pero Don Pelayo logra fugarse y vuelve a Asturias a organizar una nueva rebelión. Esta vez será la decisiva.

Esta rebelión fue tomada muy en serio por los musulmanes y enviaron como mediador al traidor Don Opas. Don Pelayo rechazó la mediación y comezó la batalla de Covadonga.
Dice la leyenda que los moros lanzaron un ataque masivo de flechas pero que de forma milagrosa estas volvieron sobre los musulmanes causando miles de bajas. Don Pelayo, dando gracias al Cielo, atacó la vanguardia mora mientras otros cristianos lanzaban desde los valles rocas, troncos y dardos sobre el grueso del ejército de Al Qama, el cual huye despavorido para caer presa de las tropas cristianas en Cangas de Onís, donde muere el líder moro y Don Opas desaparece.
Es el año 718 cuando Don Pelayo es elegido Rey en Cangas de Onís. Reinó durante 18 años y amplió la zona de ataque y defensa asturiana y cantábrica y otros núcleos cristianos reconocieron su caudillaje. Murió en el 737 y sus restos descansan hoy en la Cueva de Covadonga.
A Pelayo le sucedió su hijo Favila que fue devorado por un oso. La hija de Don Pelayo, Emersinda se casó con el duque de Cantabria. Hijo de este matrimonio era Alfonso a quien le corresponde el trono a la muerte de Favila. Es Alfonso I el Católico y con él nace la Dinastía Asturiana y la Reconquista.
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