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domingo, 5 de junio de 2011

DON PELAYO: ASTURIAS ES ESPAÑA


Don Pelayo era hijo de Favila, miembro de la aristocracia del norte de la península, y nieto del rey Recesvinto. Fue espatario y probablemente jefe de los espatarios en el partido de Don Rodrigo y por tanto enemigo de Witiza porque al parecer este mandó capturar y matar a su padre Favila. Participó en el desastre de Guadalete y tuvo que huir hacia el Norte. Se refugió en Toledo, donde el arzobispo Urbano le confió las Sagradas Reliquias: el lignum crucis, las vestiduras de Cristo entregadas por  la Virgen a San Ildefonso. Junto a estas reliquias entregó para su custodia las obras de San Isidoro, San Idelfonso y San Juliano, así como el tesoro de la Corona visigoda.
Abandona Toledo y se dirige hacia el norte con otros guerreros, nobles y con su hermana Adosinda. Finalmente se asentan en Asturias.
En Asturias los musulmanes ha dejado a Munuza como gobernador, con el control político, militar y fiscal de la región. Munuza se enamora de Adosinda e intenta apoderarse de la joven para integrarla en su haren. Don Pelayo se rebela pero pocos secundan su rebelión que es aplastada por los árabes. Don Pelayo es capturado y enviado a Córdoba como rehén de nuevos impuestos y para alejarlo de Adosinda. Pero Don Pelayo logra fugarse y vuelve a Asturias a organizar una nueva rebelión. Esta vez será la decisiva.
Ante esta nueva rebelión, los musulmanes convocan un ejército para aplastarla, bajo el mando del general Al Qama. Cuando Pelayo se entera reune a sus seguidores, unos cuantos guerreros y sus familias y busca un lugar propicio para la lucha. Lo encuentra en una cueva a los pies del monte Auseba, una cueva consagrada a la Virgen, la Cova Dominica, Covadonga, cueva que fue atacada por el ejército de Al Qama. Los cristianos no tenían estandarte pues lo habían perdido en la batalla de Guadalete. Ante esto, un ermitaño que vivía en la cueva puso en manos de Don Pelayo una cruz de roble y le dijo: “He aquí la señal de la victoria”.
Esta rebelión fue tomada muy en serio por  los musulmanes y enviaron como mediador al traidor Don Opas. Don Pelayo rechazó la mediación y comezó la batalla de Covadonga.
Dice la  leyenda que los moros lanzaron un ataque masivo de flechas pero que de forma milagrosa estas volvieron sobre los musulmanes causando miles de bajas. Don Pelayo, dando gracias al Cielo, atacó la vanguardia mora mientras otros cristianos lanzaban desde los valles rocas, troncos y  dardos sobre el grueso del ejército de Al Qama, el cual huye despavorido para caer presa de las tropas cristianas en Cangas de Onís, donde muere el líder moro y Don Opas desaparece.
Es el año 718 cuando Don Pelayo es elegido Rey en Cangas de Onís. Reinó durante 18 años y amplió la zona de ataque y defensa asturiana y cantábrica y otros núcleos cristianos reconocieron su caudillaje. Murió en el 737 y sus restos descansan hoy en la Cueva de Covadonga.
A Pelayo le sucedió su hijo Favila que fue devorado por un oso. La hija de Don Pelayo, Emersinda se casó con el duque de Cantabria. Hijo de este matrimonio era Alfonso a quien le corresponde el trono a la muerte de Favila. Es Alfonso I el Católico y con él nace la Dinastía Asturiana y la Reconquista.

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